miércoles, 6 de mayo de 2009

Ni Hao Ma?

Ir tres días a Guilin y decir después que has visto China es como ver un capítulo de los Simpsons y decir que ya te conoces la serie. Podrás decir que has visto una muestra pequeñísima de chinos, apenas una gota, pero difícilmente será extrapolable al inmenso océano chino. Sea como fuere, al fin encontramos el momento, el día del trabajador nada menos, para coger la mochila y visitar el gigante asiático.

Al llegar a China tuve la sensación de reconocerla al primer momento. Si tres días antes me hubiesen enseñado una foto de cualquier calle de Guilin hubiese dicho, casi sin dudar, que se trataba de alguna ciudad en China. No sé muy bien el por qué pero esa impresión no me abandonó durante los tres días que duró mi viaje. Quizá fuese porque hasta donde alcanza la vista todo era gris, la carretera y las casas y el cielo, todo gris. Todo cubierto por una fina capa de polvo que absorbe cualquier color que no se encuentre entre el blanco y el negro. O quizá fuese porque debe de haber otras mil ciudades iguales a ésta a lo largo y ancho de China (di esto seguido muchas veces, anchodechina, anchodechina, anchodechina) que se me quedó grabada en la retina después de ver algún documental o una película.

Nuestro destino, por suerte, iba más allá de los confines de aquella ciudad y al poco de llegar tomamos un bote para abrirnos camino, río abajo, por uno de los paisajes más bonitos de toda China. A lo largo de la travesía dejamos atrás pequeños pueblos que parecen abandonados o a medio construir. Decenas de niños bañan a sus búfalos en el agua después de una mañana de trabajo en los arrozales y a cada rato nos encontramos con grupos de ancianas lavando la ropa, frotando las prendas directamente contra las rocas. Mientras, a lo lejos comienzan a dibujarse las montañas.El campo fértil cubierto de arrozales que rodea la provincia se asienta sobre una llanura, pero, y aquí está la gracia del viaje, está salpicada, aquí y allá, por grandes colinas de roca cubiertas de exuberante naturaleza. Las vistas que se presentan delante de ti al aproximarte a Yangshuo son tan diferentes a aquello a lo que estás acostumbrado que resulta extraño pensar que los caprichos de la naturaleza hayan podido crear semejante enclave. Para aquellos que hayáis visto “El velo pintado” os será fácil imaginaros una representación fiel del panorama (en el libro, por cierto, no hay rastro de estas montañas); el resto solo tenéis que recordar los dibujos en acuarela que aparecían de fondo mientras Goku montaba su nube kinton.

Yangshuo, con sus 200.000 habitantes, no debe de ser más que una aldea para China, y en verdad que tiene aspecto de pueblecito de cuento, algo totalmente diferente a lo que habíamos visto hasta entonces, mucho más acogedor y mucho más vivo. Aquí sí estaban permitidos los colores.Por lo demás, he encontrado un país realmente barato, una habitación para tres en un hotel más que aceptable por quince euros; deliciosos dumpling tirados de precio; medio litro de cerveza a menos de un euro, lo cual viviendo en un país musulmán es como entrar en el reino de los cielos; y falsificaciones, recién salidas de la fábrica del mundo, a precio de saldo.

Pese a Yang y su curso intensivo de chino,
Wo-Hen-Hao incluido, pese a sus tres meses de sabias enseñanzas y su misericordioso 9,5, me vuelvo a casa con la sensación de haberme dado de bruces con una barrera idiomática más grande que nunca. Me traigo a la imagen de la gente en los aeropuertos con mascarillas, como si fuese carnaval, y el recuerdo de los avisos por megafonía advirtiendo sobre las medidas a tomar en caso de tener fiebre. Me vuelvo también con una nota de papel que me dieron en la aduana de entrada a China que dice que en caso de encontrarme mal (“fever, cough, difficulty breathing…”) durante mi estancia en el país, enseñando ese papel los médicos me darían prioridad sobre el resto de pacientes. “Has estado expuesto a enfermedades contagiosas fuera de nuestras fronteras” dice la nota. Y yo que pensaba que las gripes venían de China…PD/ Recuento final: 11 veces China (en 655 palabras). Es que China, es mucha China. 13.

2 comentarios:

sergio dijo...

No hay foto de ningún "chino disgus"?

Anónimo dijo...

no serán 14