jueves, 22 de enero de 2009

Todos a la Cárcel

Podía haber sido por no ponerse el cinturón, por no respetar las señales de tráfico o por no utilizar los intermitentes. Eso sí que habría estado justificado.

Podía haber sido por cobrar una cantidad excesiva por trayecto o por negarse a utilizar el taxímetro (no meter… lah!). Podría haber sido por utilizar el móvil mientras conducen, por fumar, tirar papeles por la ventanilla o por tener el taxi sucio. Podía haber sido por llevar a dos pasajeros con destinos distintos a la vez y no hacerles ningún tipo de descuento. O por llevar a tres. O por llevar a cuatro y que el cuarto lleve encima un bebé en brazos. Cobrar una tarifa diferente por razones meteorológicas, que de repente se ponga a llover por ejemplo, hubiese estado también justificado.

También habría sido lógico que hubiese sido por escuchar cintas con mensajes religiosos mientras están de servicio y conducir casi en estado de trance (Alah es grande!). Por eructar, por bajar la ventanilla y escupir, etc. Mira que en estos dos meses y pico he visto cosas por las que se podría sancionar a los taxistas de este país pero esto…

...esto es como encarcelar a Capone por evadir impuestos!!!

jueves, 15 de enero de 2009

Test Psicotécnico

Pregunta nº 124.
Averigue qué elemento no se corresponde con el resto en cada una de las siguientes series de figuras.

sábado, 10 de enero de 2009

Como Lemmings o peor... como Curris!

Al mirar por la ventana del fondo pregunté, y el piso que están construyendo ahí enfrente, monta mucho jaleo? No, que va, si acaso algún golpe de vez en cuando pero la ley es muy rigurosa y a las empresas no se les permite trabajar durante las horas de descanso del vecindario. Estas fueron, más o menos, las palabras de Gilbert, nuestro agente inmobiliario, el que nos alquiló la casa y del que aún estamos esperando que nos envíe el contrato firmado. De eso han pasado ya casi dos meses y además de meter un ruido que te cagas día y noche, ahí enfrente trabajan a destajo.

Al abrir la ventana tengo unas magníficas vistas de la ciudad. Debajo mismo tengo la reserva forestal de Bukit Nanas, que en realidad no es más que un parque de tamaño medio, uno de los pocos que hay en la cuidad, desde el que se levanta la cuarta torre de telecomunicaciones más alta del mundo, la Menara KL. Y más al fondo, destacando sobre el resto de edificios, abusando, tengo la vista parcial de las Petronas. Parcial porque un edificio me tapa un poco y de dos solo veo una. Pero al menos las veo…

O mejor tendría que decir, pero al menos las veo… por ahora. Como decía, en el edificio en construcción de enfrente trabajan a destajo, cuando cierro el ojo aún escucho los golpes, clack-clack, y cuando lo abro por la mañanas las hormigoneras ya están funcionando, rum-rum. No paran, son como Lemmings. O peor, como los Curris! En menos de dos meses han levantado unos 6 pisos y si siguen a este ritmo, clack-clack-rum-rum, mucho me temo que mi visión parcial de las Petronas pronto quedará en nada.
Calculo que para mi cumpleaños, en marzo, solo podré ver los pinachos de las torres y que para verano ya no veré más que una mole de cemento enfrente. Como consuelo me queda pensar que ya no tendré que acostarme y levantarme con el ruido de la obra ni con cientos de curris montando jaleo... pero bueno, esa ya es otra historia, y ya os la iré contando.

martes, 6 de enero de 2009

Feliz Año (sin acritud)

Pasar las navidades lejos de casa es una de las desventajas de marcharte tan lejos a vivir. Como el año pasado éste me he quedado sin roscón en reyes y sin cena en nochebuena. Sin princesas prometidas o Goonies en la tele. Sin ET. Ya van dos años sin oler regalos de reyes ni humo de petardos. Y de los polvorones, el turrón, el cordero, la ensalada de escarola con granada (vuestras madres también las preparan?) mejor ni hablamos.

Qué dura es la vida del emigrante. No me cansaré de decirlo. Marginado de tanta fiesta y tanta lujuria navideña uno no tiene más remedio que conformarse con lo que encuentra por aquí. A veces hay que hacer un poco de esfuerzo y mirar palante, tratar de no pensar en lo que te pierdes y contentarse con lo que se tiene, aunque no sea mucho.

Destino vacacional por excelencia, dice la Lonely, éste es uno de esos lugares cuyo nombre por si solo suscita románticas y relajadas imágenes tropicales bajo los cocoteros. Bfff, qué vida dura, digo yo.

Lankawi no es la Puerta del Sol atiborrada para las uvas sino una isla de arena blanca y agua esmeralda al norte de Malasia con unos cuantos turistas desperdigados. Los fuegos artificiales que al explotar reflejan cientos de colores en el mar, los malabaristas haciendo espectáculos con fuego en la playa o los cientos de farolillos rojos chinos flotando en la noche no son para nada equiparables con los petardos que se tira mi vecino a la hora de la siesta cada navidad y que un día dejaran a la pobre Napo traumada de por vida. Ni qué decir tiene que aquí el silencio solo lo rompen cuatro motos de agua y la lancha del parasailing. Qué nostalgia de la calle Preciados en víspera de los reyes… pero qué se le va a hacer, la vida a veces es así de dura.
Dura como pagar 120 euros por una fiesta de nochevieja cuando Langkawi fue declarada zona libre de impuestos en los ochenta y donde tomarse una cerveza bien fresquita viendo el atardecer desde una hamaca no cuesta más de 80 céntimos. O como quemarse los pies en la arena cada vez que tienes que darte un chapuzón en esas aguas cristalinas de las que habla la Lonely. Porque qué calor, bfff, otra penuria más. Sí hijos míos, no os imagináis cuánto he echado de menos el frío y la nieve de España. Qué rabia tener que ir en chanclas y bermudas todo el día o sudar tomando el sol en la orilla del mar mientras en España pasaba un temporal de miedo dejando unas navidades blancas de película. Aquí, bueno, tenía la arena blanca de la playa pero no es lo mismo.Y para colmo había moscas y no me ha tocado nada en la lotería... se puede ser más desgraciado? Feliz año a todos.