lunes, 2 de febrero de 2009

Gong Xi Fa Cai

Buenos deseos, comidas de empresa y regalos envueltos a la salida de los centros comerciales. Canciones alegres y pueriles en cada emisora de radio, mitad villancico mitad Candy-Candy. Lo que un día fueron árboles de navidad en las calles de Kuala Lumpur hoy son pequeños arbustos llenos hasta arriba de mandarinas. Los papá noeles son hoy bueyes y los renos farolillos rojos.Fue de un día para otro. Casi tan simple como si el encargado de la decoración de Kuala Lumpur hubiese cambiado el fondo de pantalla de la ciudad. Tan sencillo como, Panel de Control – Escritorio – Cambiar fondo. El cambio se produjo en cuestión de horas, casi tan natural y fugaz como pasar de una fotografía a otra en un iPhone.

Aunque el Año Nuevo Chino fue la semana pasada, los días 26 y 27, las celebraciones se alargan durante dos semanas, la mitad de un mes lunar. Al tiempo que China va ganando relevancia internacional la fiesta se va haciendo más famosa fuera de sus fronteras y seguro que hasta en España habéis visto alguna noticia sobre las avalanchas de gente en las estaciones de autobuses de Pekín o Shangai intentando volver a sus hogares en los pueblos para pasar las fiestas en familia. Así de importante es esta fiesta a este lado del mundo.

El Gon Xi Fa Cai o Feliz Año Nuevo que dicen por aquí es una fiesta llena de tradiciones y ritos particulares. Cualquiera diría que el año nuevo debería de estar cargado de nuevos propósitos, salud, amor y esas cosas. Un compañero de oficina dice que los chinos no tienen religión, que no se preocupan de las cosas inmateriales, para ellos lo único que importa es el dinero, nuestra religión es el dólar, dice, y nuestros buenos propósitos ganar más y mejor. Ni ropa, ni juguetes, aunque parezca increíble ni siquiera los niños reciben otra cosa que no sea dinero.
Como decía, es la fiesta china más importante del año y por eso, la semana pasada, celebramos la cena de la empresa. Teníamos reservada una mesa en uno de los restaurantes más lujosos de la ciudad, en una estancia privada para solo diez personas, sólo managers y… becarios ICEX (ejem!), con vistas a las torres Petronas y un menú compuesto principalmente de marisco, sopa de aleta de tiburón incluida. Todo muy ceremonioso y formal, al menor sorbo de vino un camarero aparecía de la nada para rellenarte la copa. Pero de repente, entre plato y plato, le dan la vuelta a la pared, aparece una tele y… See That Girl...!!! mi jefe desatáo… Watch That Scene…!!! micrófono en mano… Dig In The Dancing Queeeeeeen!!! cantando ABBA a grito pelao apunto de subirse en la mesa. El tío, que es un crack, cada vez más entregado y yo, con los ojos como platos, pensando que solo habían venido los jefes para hacer un cena más o menos seria. Después de ABBA vendrían los Bee Gees, Take That, Brian Adams, y por fin, tras mucho hacerse de rogar… los becarios ICEX (ejem!). Así se las gastan los chinos.

Y pese al Karaoke y la cantidad de comidas y cenas que me ha tocado celebrar no tenía pensado escribir sobre el año nuevo. Hoy, sin embargo, después de una semana de vacaciones ha pasado algo que me ha sorprendido aún más que el Dancing Queeeeeen. Esta mañana, varias personas se han acercado hasta mi oficina, y me han entregado un pequeño sobre lleno de dinero. Al abrir el primero y comprobar su contenido, billetes de 10 ringgis por aquí y billetes de 50 por allá, muy cortés yo, me negaba a aceptarlo pero al cabo del rato y, tras comprobar que mis caras de circunstancias no surtían efecto, me he animado y he empezado a cogerlos con los brazos abiertos. Y es que dar dinero a las personas que no están casadas es una de las numerosas, y más raras, tradiciones que me he encontrado durante estas fechas.

Anécdotas aparte, son increíbles las cosas que aprendes cuando estás en un ambiente diferente al tuyo. Jamás pensé que el Año Nuevo Chino se celebrase de una forma tan bestial, que las decoraciones en la calle llegasen a estos niveles o que las reuniones con la familia fueran tan importantes. Hay fuegos artificiales a diario y el ambiente en la calle, en la oficina y en cualquier parte es de auténtica fiesta. Nunca imaginé que hubiese una fiesta en el mundo más importante, con mayor tradición y mayor trascendencia que nuestras navidades, pero aquí está el Año Nuevo Chino, el año del buey, una fiesta que le hace sombra al mismísimo Papa Noel.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Vidéos queremos David San.
Vas a dejar de currar ahora que saben que eres un soltero de oro (bueno eso piensas tu, no se si piensa lo mismo tu compañera de estudio) y que te has forrado gracias a las tradiciones de aquellos lares?
Besetes udianos.

mda dijo...

una encuesta ya

Anónimo dijo...

keko...Te los estás pasando a lo grande, queremos videos de la sesión de karaoke y mis deseos para vosotros de un "Gong Xi Fa Cai"

José Luis Giménez dijo...

$$$ para los solteros? El paraiso tiene nombre!

Saludos,

Leclerq.