martes, 2 de septiembre de 2008

De Cine

Por aquí lo llaman bioskop y, aunque no he ido mucho, he caído en la cuenta de que ir al cine en Yakarta tiene sus ventajas y sus desventajas. Lo mejor de todo es, sin duda alguna, el precio. Por apenas un euro y medio entre semana, y 2 euros el fin de semana te puedes ver una peli. Tirado.

Las salas son todas muy nuevas, las pantallas gigantes y las butacas muy cómodas. Aunque entre sesión y sesión me colé en una para hacer una foto, no he tenido el placer de acudir a una de las salas especiales, o velvet auditorium, en las que disfrutar de la película (o de tu pareja) tirado en una cama, con mesita y servicio de camareros incluido durante toda la sesión. En la página web lo venden además con fluffy pillows y warm and comfy blankets. Espero que limpien las babillas después de cada sesión porque aquí mis amigos los indonesios se quedan dormidos hasta en las motos, menudas siestas se tiene que echar el personal.La mayor desventaja es la escasa oferta de películas de calidad. Casi todas las cintas occidentales que se estrenan en Yakarta son comedias americanas estúpidas y películas de terror aún más estúpidas. A esta gente les chifla el estilo “sé lo que hiciste el último verano” (concepto que no deben entender muy bien porque aquí siempre es verano).

Pero lo que más llama la atención cuando vas al cine es la censura. En Indonesia existe una junta censora dispuesta a meterle la tijera a cualquier escena de contenido sexual, sin preocuparse por la estética del resultado final. Al comienzo de cada película aparece un mensaje indicando que el film ha pasado por la censura. De esta forma, una película tan inocente como “Amor en tiempos de cólera” dura aproximadamente 10 minutos menos en Indonesia que en su versión original, hecho que provoca no solo el que te pierdas alguna tetilla (muy importante) sino que termines perdido en la trama (un detalle sin mayor importancia si lo que has ido a ver son las tetillas).En definitiva, una muestra más de la intolerancia de la que a veces hace gala Indonesia, un país de enormes contradicciones en el que, por ejemplo, no existe edad mínima para comprar tabaco o alcohol, o en el que los restaurantes no sirven ni siquiera cerveza durante el ramadán (para más información, consulte la nota sectorial El Mercado del Vino en Indonesia por David de Andrés).

2 comentarios:

Anónimo dijo...

tienes que ir a una sesión de la velvet y luego contarlo.

estos indonesios estan todos locos.

Anónimo dijo...

Y adonde le encuentro yo eso de "El Mercado del Vino en Indonesia por David de Andrés"????