jueves, 22 de noviembre de 2007

Perthiguiendo a...

Pese a la mejor de mis sonrisas y a mi pasaporte de servicios, lo primero que me encuentro al pisar suelo australiano es con un miembro de la Gestapo al grito de Inmigratioooon!!! Me extraña que en un avión en el que viajan 120 indonesios, terroristas todos seguro, me paren a mi. Una y otra vez soy preguntado por diferentes agentes de aduanas por el motivo de mi viaje. Vengo a visitar a una amiga, repito hasta la saciedad. Y cuánto tiempo piensa quedarse, pues el fin de semana. No está España muy lejos para venir sólo dos días? Bfff! Lejísimos oiga, pero es que mire usted, yo vivo en Yakarta. Hmmm! (con cara de idiota) me puede explicar eso? Que qué coño hago yo viviendo en Yakarta? eso me gustaría saber a mi. Pues es que trabajo en la embajada, respondo finalmente. Y su amiga, qué hace en Perth? A éstas alturas ya no queda ni rastro de la sonrisa. Pues ha venido a verme desde Sydney. Y qué hace ella allí? Quiere su teléfono y se lo pregunta usted mismo? no te jode. Y desde cuándo la conoce? Pues desde enero o desde agosto, no lo tengo muy claro. A esto, ya me han abierto la mochila, la ha hecho usted mismo? No, me la ha hecho mi madre no te jode, han inspeccionado cada recibo y cada tarjeta de mi cartera, han rebuscado en un libro y en mi cuaderno de notas y hasta se han tomado la licencia de fotocopiar la última página donde tengo anotadas varias direcciones de correo. En definitiva, que vaya recibimiento. Que me han tocado bien los huevos ustedes.

Por suerte, el resto del fin de semana ha ido muchísimo mejor. La ciudad de Perth no es muy diferente a cualquier ciudad inglesa, con sus Queen Victoria y sus St. Peter Square. Con sus calles desiertas a las ocho de la tarde y su eterno olor a fast food. Cambia a los aborígenes borrachos de aquí por los vagabundos con perro de allí, ponles una gabardina hasta el suelo encima de las bermudas surferillas que llevan aquí, y no sabrás muy bien en qué país estás. Las afueras, sin embargo, me recordaban a las casitas americanas de los suburbios, con jardincito delante y niño con gorra al más puro estilo Kevin Arnold en Aquellos Maravillosos Años, cortando el césped.

Perth ha sido la ciudad donde me he reencontrado con la civilización y con Su ritmo occidental. Con carreteras sin tráfico y pasos de cebra, aceras por las que andar y paseos por los que perderse. Filetes con patatas fritas y surfistas de verdad. Autobuses y trenes en los que colarse, y adornos de navidad en noviembre.

5 comentarios:

B3lisario dijo...

Muy bonito...aunque un poco paliza para un finde, no?

Pero ay entiendo que Esche hay veces que apetece ver una ciudad limpia y civilizada, ya sea en las antipodas...o en Alemania...o en Fin....

Anónimo dijo...

Y como es el cubata a laustraliana chanquete?
Cuantos cancodrilos dandis has visto?
Besetes udianos.

Anónimo dijo...

De vuelta a la civilización, te habrás comido un bocata Chope, no?. G

Anónimo dijo...

Vaya manera de tocar las pelotes. Entre 120 iguales tu eres el raro o a lo mejor le molabas. besitos. G

Anónimo dijo...

Eso te pasa por tener una cara de lo más común!
Seguro que te confundieron con el doble de Pau y querían pedirte un autografo.....