martes, 21 de julio de 2009

Ese "algo"

Ya sea bajo un sol inclemente o a la sombra del skytrain, pasear por Kuala Lumpur resulta casi siempre agotador. Siempre hace calor y a menudo las aceras, sucias y agrietadas, no se encuentran en condiciones que faciliten la tarea. Sin embargo, después de haber vivido y visitado algunos de los países vecinos, el paseo termina por resultarme agradable e, incluso a veces, apetecible. Es más, siempre he defendido que como ciudad para vivir, Kuala Lumpur, sin llegar a ser Singapur, está más próxima a Europa que al sudeste asiático.

Y, sin embargo, siempre hay un “algo” en el ambiente que la aleja tremendamente de occidente.

Ya os he hablado de la afición que existe en estos países por el fútbol inglés. Si la Liga o la Serie A sólo son seguidas de reojo, la Premier es el acontecimiento más importante durante los fines de semana, mucho más que la Champions. A veces parece que la vida se organiza en torno a sus horarios.

El Manchester United se encuentra en Malasia preparando la temporada y esta semana ha disputado dos partidos amistosos contra la selección malasia. Tal es la falta de identidad nacional de este país que prácticamente el 100% de los aficionados que llenaron el estadio, por no decir el 100% del país, apoyaron a los diablos rojos y, sin alcohol ni grandes ostentaciones, acabaron celebrando como propias sendas victorias. Uno de estos partidos debía haberse celebrado en Yakarta pero el club decidió suspender la visita después de que el hotel en el que debían alojarse saltase por los aires la semana pasada.

El Liverpool tiene el (dudoso) honor de tener en Malasia su club de fans más numeroso del mundo. En mi oficina casi todo el mundo es del Liverpool. Mi jefe luce en su elegante Lexus una pegatina que dice “You´ll Never Walk Alone”. Randy y Danny, mis compañeros chinos que estuvieron un mes sin hablarme después del 2-6 en el Bernabeu, siempre beben Carlsberg durante los partidos de la Premier y, pase lo que pase, siempre apuestan por el Liverpool. El motivo no lo tengo del todo claro pero la devoción malasia por el club de Mersey está ahí, y es descomunal... y, sin embargo, se ven muchísimas más camisetas del Manchester o incluso del Madrid o del Barca por la calle. Y, además, el Liverpool no ha visitado nunca Malasia durante sus giras veraniegas. El equipo se encuentra esta semana en Singapur en medio de una gira asiática cuyo partido inicial se disputó la semana pasada en Tailandia, pero ¿por qué nunca vienen a Malasia?

La respuesta está en la cerveza. Y no, no me refiero a que los aficionados habrán de ahogar sus penas en el alcohol, sino a la publicidad que el Liverpool muestra en sus camisetas, Carlsberg. Esta semana Taxiquemajillo (por el que aún no me he decantado, por cierto) me ha informado que las autoridades malayas no autorizan la visita debido a que Carlsberg es haram, o lo que es lo mismo, que está prohibido por el Islam. Hecho que también explica la misteriosa ausencia de camisetas. Pero ahí no acaba la cosa. En 1993 el Liverpool decidió cancelar la que debía ser su primera visita a Malasia por la negativa de las autoridades malasias a que el centrocampista israelí Rosenthal pisará suelo musulmán. Si no fuese por la cerveza, hoy en día otro medio israelí, Yossi Benayoun, sería la excusa.

Pero el extremismo en este país no se contenta con evitar la entrada de un equipo de fútbol. En varias ocasiones se ha prohibido la entrada a la Orquesta Filarmónica de Nueva York por incluir en su repertorio piezas de compositores de origen judío. Durante los noventa Steven Spielberg prohibió la difusión de sus películas en Malasia después de que la censura cortase gran parte de La Lista de Shindler, película que el entonces primer ministro calificó de “propaganda anti alemana”.

La distinción entre religión y política en esta sociedad es prácticamente nula y seguro que ese “algo” que siento paseando por las calles de Kuala Lumpur tiene su fuente en un gobierno que pretende ser un mero transmisor de la ley de Dios. La gente que lleva aquí un tiempo dice que cada vez se ven más mujeres con velo por la calle y ahora, en verano, la ciudad está llena de turistas procedentes de Oriente Medio entrando y saliendo de los lujosos centros comerciales, hasta arriba de bolsas. Ellos en bermudas y chanclas, sus esposas de riguroso niqab negro, prenda que cubre todo el cuerpo, manos y pies incluidos, y que solo deja los ojos al descubierto.

Volviendo al fútbol, más increíble resulta la historia del Liverpool si tenemos en cuenta que todos los días camino de casa puedo ver desde la ventana del tren una fábrica de Carlsberg. Es la más grande de todo el sudese asiático y hace cuatro años fue atacada por un grupo de extremistas que usaron un lanza cohetes M16-203 para intentar destruirla. En aquel entonces el gobierno condenó los hechos sin atender a etiquetas halal, ni etiquetas haram. Claro que… ¿desde cuándo la política o la religión estuvieron reñidas con el dinero?

3 comentarios:

Anónimo dijo...

periodismo de investigación. que nivelazo.

udas dijo...

Y entonces, el Pinsho moruno de Tanher se lleva alli o que?
Digo.

B3lisario dijo...

Pasate por Doha, y veras ese "algo" en cantidades industriales!